¿Realmente celebrar a mamá?

Es un día de gran valor tomarnos un momento para rendir homenaje a una figura tan importante como nuestra madre, la cual como vimos en el blog anterior nos ha enseñado tantas lecciones de vida tan importante y valiosas. Y es que son mujeres tan admirables que nos han alimentado a lo largo de nuestra vida, con comida y sabiduría. Pero veamos lo fríamente, la imagen materna que tenemos actualmente es algo peligrosa para nuestra sociedad.

Y es que realmente no se reconoce el gran trabajo que la maternidad implica, hasta cierto punto implica una perdida de la libertad, la intimidad y el tiempo  para realizarse profesionalmente, ya que ellas con todo el cariño del mundo se dedican únicamente a la crianza de los hijos. El instinto materno debemos entenderlo que nuestros hijos aunque los amemos con toda el alma, no es dar la vida por ellos, pues es quitarle el valor al genero. Eso ya es una decisión personal y de como van a criar cada quien a sus hijos. Animar a que las mujeres no nacen solo para ser madres, son personas que constituyen muchísimas piezas dentro de la sociedad.

Poco a poco las cosas han ido mejorando y las personas han tomado conciencia, hay que darle el verdadero valor y significado al rol de ser mamá, no hay que sacrificar a estas mujeres, no son perfectas, no son super heroes, también trabajan, tienen otros intereses y tienen muchos aspectos que cubrir en su vida aparte de ser mamá. Hacer a los padres mas responsables y dar un reparto equitativo de la responsabilidad, valga la redundancia.

El día de las Madres se origino en México en el año 1922, con el apoyo de la SEP y la iglesia católica. Las mujeres aprovecharon este reconocimiento para exigir derecho al voto, al trabajo, educación sexual, y acceso gratuito a los métodos de contracepción. Es sorprendente que algunas cosas sí se lograron pero otras no. Para comenzar el de la madre libre, asegurándonos de que la maternidad se decida con plena conciencia en vez de constituir una imposición.

Una última y fundamental, es la manera en que nos honramos a nosotras mismas buscando un equilibrio entre la realización personal y las obligaciones de la maternidad, para poder finalmente disfrutar sin culpas ambos aspectos de nuestra vida.